jueves, 10 de julio de 2025

"What to Put in your Notebook", by Grant Snider (www.incidentalcomics.com).

 

Image taken from the site www.incidentalcomics.com

"El maestro del Juicio Final", de Leo Perutz.

 Segunda novela de Perutz que leo, segunda sorpresa. Si De noche, bajo el puente de piedra es un estupendo conjunto de relatos, desordenados cronológicamente, eso sí, sobre personajes reales y ficticios de la corte del rey bohemio Rodolfo II, El maestro del Juicio Final  es una narración mitad fantástica, mitad policiaca. Lo común a ambas novelas es la extraordinaria capacidad de Perutz para imaginar mundos fantásticos dentro del mundo real, valga el contrasentido. Su originalidad radica en la normalidad con la que, en un relato perfectamente realista, con personajes de carne y hueso, va colando de rondón sucesos y personajes irreales, fantasmagóricos o feéricos. Además, la calidad prosística del escritor austriaco está en unas cotas no frecuentemente alcanzadas. Esto es más notable en De noche, bajo el puente de piedra, que a mí me recordaba constantemente a obras de Isaac Bashevis Singer, uno de los próceres literarios por excelencia. En ese sentido, El maestro del Juicio Final, quizá por su temática cuasi policiaca, tiene un ritmo más apresurado, con un texto menos florido y adjetivado.
  El argumento, grosso modo, es el siguiente: un conocido actor, Bischoff, se suicida en su casa mientras está dando una fiesta. Uno de los invitados, el barón von Yosch es acusado de asesinato o, al menos, de incitar al suicidio, pues desaparece sospechosamente durante el fatal hecho y es sabida su relación previa con la esposa del actor, relación que se presume no terminada. La familia de Bischoff le presenta la disyuntiva de entregarse a la policía o suicidarse él mismo, pero decide investigar las razones últimas de la muerte del actor. No será el único, otros dos invitados a la fiesta, un ingeniero y un médico, ayudarán al barón a deshacer el entuerto. Es entonces cuando la novela toma un giro hacia lo fantástico, pues se insinúa la existencia de un ser sobrenatural, un monstruo que está provocando suicidios en personas creativas (actores, músicos, escritores...), y cómo éstos  mientan el Juicio Final en sus últimos instantes de vida. Tras unas pesquisas (aquí lo típicamente policial de la novela), tras las inmolaciones de otros, llegan a descubrir ese monstruo, que no es otra cosa que un grimorio medieval, que contiene una fórmula de una sustancia que, fumada como tabaco, provoca alucinaciones (cada una adaptada al individuo en cuestión) que generan una angustia tan aguda que no pueden sino quitarse la vida.
 La novela es de una originalidad sobresaliente, tiene la intriga de la novela policial y lo deslumbrante de la literatura fantástica. Extraordinario descubrimiento reciente, el de Leo Perutz.